15 June 2015

LA MATERIA INEVITABLE


La arquitectura forma parte de nosotros. Desde esa nebulosa que llamamos memoria nos asaltan con frecuencia el dibujo de unos azulejos pasados de moda, el olor de la madera encolada de una butaca, el color años setenta de los armarios: la cualidad interior. El envés de la arquitectura supone en ocasiones un reverso delicado del sistema murario, la forma estructural, el carácter que expresa hacia afuera la edificación. Así se proyectaron palacios renacentistas en lo profundo de castillos medievales, villas neoclásicas dentro de cottages de origen vernáculo o casas radicalmente modernas en el interior de estuches ordinarios. Verdaderos elogios de la incorrección (1).

Adolf Loos proyecta entre 1925 y 1930 una serie de viviendas blancas y prismáticas en cuyo interior despliega sin embargo, una colección antológica de materiales distinguidos: villas modernas, materiales clásicos. Para Johan van de Beek, Loos selecciona los materiales principalmente por su valor afectivo: "Piedra natural y maderas nobles son tratadas para mostrar sus cualidades naturales como su mayor ventaja, si bien los materiales más simples son también habituales y la madera económica, simplemente se pinta. Patrones tradicionales como el revestimiento ajedrezado, el parqué y los techos entrevigados, forman junto a pilastras, columnas exentas y vigas descolgadas elementos para la definición y modulación del espacio" (2). 

Las elementos textiles, los revestimientos de terciopelo o los pasamanos de cuero establecen desde la voluptuosidad de su textura, aroma, tacto y color, una determinada cualidad para el espacio interior. Toda obra de arquitectura presenta una determinada vocación material. Sin embargo, Loos nos enseña que la naturaleza de los materiales se encuentra directamente relacionada con una estrategia de orden superior, un plan arquitectónico anterior a cualquier tipo de revestimiento gratuito u ornamentación. "La arquitectura selecciona las cosas y las personas" (3). Como si en el origen de cada lugar y cada programa, en el origen de cada proyecto y cada espacio, existiese en alguna parte un íntimo plan material, una esperanza en forma de materia inevitable.

NOTAS

(1) Ejemplos correspondientes serían: el Castillo de los Mendoza, en Manzanares el Real, Madrid; muchos de los interiores domésticos clásicos en los cottages de Edwin Lutyens; o la casa Sugden de Alison y Peter Smithson.
(2) "Raumplan versus Plan Libre. Adolf Loos and Le Corbusier, 1919-1930". AAVV, editado por Max Risselada. Nueva York, Rizzoli, 1989, págs. 29-30. Traducción y extracto MADC.
(3) Alejandro de la Sota, "Sin título", Arquitectura nº 261, julio-agosto 1986.


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