28 April 2014

DESDE LA DISCRECIÓN


Los ejercicios de intervención sobre el patrimonio fluctúan con frecuencia entre el conservacionismo radical (impulsado desde normativas sobreactuadas y en ocasiones absurdas) y por otro lado, aunque no menos evidente, el exhibicionismo dialéctico entre categorías simplificadas (la posición de contraste heredada desde un posmodernismo disimulado). Tampoco la legislación sobre Patrimonio ha hecho demasiado por resolver esta situación: “más bien todo lo contrario, dada su condición refractaria a la pluralidad inherente a los edificios históricos (en sí mismos palimpsestos), y su muchas veces incongruente afán controlador” (1).

21 April 2014

VISIBILIZAR EL CALOR


Que la arquitectura no es posible sin la luz resulta tan evidente como inexacto. O al menos incompleto. Efectivamente, tantas veces se nos ha dicho ya, la luz puede ser la materia prima de la arquitectura, su sustancia. Cierto. No hace tanto el ciclo de la vida se organizaba en torno al ciclo solar y la arquitectura convocaba a la penumbra al abrigo de noches estrelladas (1). La electricidad estimularía la mágica capacidad de los hombres para la fabricación de la luz, el artificio luminoso que permitiría la modificación de patrones ancestrales de conducta. Sin embargo, se suele obviar con frecuencia un componente no menos fundamental para el hecho de habitar, un espectro presente en la hoguera y la luminaria, una energía tan inmaterial como ferviente servidora de la luz: el calor.

14 April 2014

ACCIÓN Y BORRADO


En ocasiones el espacio de trabajo resulta de premisas bien definidas como la luz, el orden o la propia capacidad de producción. No es el caso del taller de pintura, cuyo esquema depende fundamentalmente de las conexiones entre el modo de hacer del propio pintor y su estilo de vida. En cualquier caso, parece que luz y espacio deben ser los dos ingredientes básicos para la creación, categorías cuidadosamente calculadas por el propio autor como marco y estímulo necesario para su propia creatividad. Sin embargo ¿qué ocurre cuando la acción productiva supera el espacio y la luz, cuando el orden desaparece por completo, cuando la acción es de tal  intensidad que puede producir el borrado de la arquitectura? (1)

7 April 2014

SOBRE EL ABRIGO


En la actualidad los arquitectos abordamos con asombrosa solvencia construcciones poco frecuentes dentro de nuestra formación académica y disciplinar. En concreto, emergen entre otras, interesantes propuestas en el campo de la indumentaria, el diseño de moda, las técnicas de patronaje e incluso la producción de estas otras envolventes para el cuerpo humano (1). La filiación disciplinar parece evidente y de hecho, si se recurre al lenguaje, la terminología asociada a la construcción de espacios y a la vestimenta presenta en algunas lenguas el mismo origen común: “la palabra Wanda (muro) posee la misma raíz y el mismo significado básico que Gewand (vestido), aludiendo directamente al antiguo origen y al tipo de cerramiento espacial visible” (2). Interesa aquí sin embargo, no tanto el abordaje del diseño del traje desde las herramientas propias de la arquitectura, sino la consideración de ésta como parte de un conjunto de filtros y urdimbres graduales entre el cuerpo y el afuera, una serie de permeabilidades sucesivas íntimamente ligadas a nuestra identidad.